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El Granada está en la obligación de cuadrar un presupuesto competitivo

Los rojiblancos necesitan aún cerrar un par de incorporaciones para apuntalar una plantilla que de garantías de permanencia y quién sabe si algo más. Por eso, el plazo de alta de nuevos socios -que acaba este viernes- se estriba vital para que el Granada se pueda mostrar mucho más fuerte en las negociaciones tanto para vender como para comprar. Porque la difícil coyuntura económica general también afecta a los clubes más modestos del fútbol español, entre los que está el Granada.

Tras el duro revés recibido por parte del club de las renovaciones de socios que ya lo fueron la temporada pasada, que han sido inferiores a las previstas en el presupuesto del club, a pesar de que no ha trascendido una cifra oficial, Pina y cía cruzan los dedos para que en este periodo de nuevos socios se logren un número apropiado que frene la sangría que supuso la renovación de abonos. Por ello se ha jugado hábilmente con el precio de las entradas para el Real Madrid que tendrán un precio casi ridículo para los socios y ciertamente elevado para los no abonados.

A falta también de un patrocinador principal en la camiseta, el club tiene las manos algo atadas en el proceso de cerrar la plantilla. Por eso Mikel y Siqueira aún no han salido, porque se busca tensar la cuerda para lograr más dinero que favorezca a estabilizar un buen presupuesto -el más alto desde el ascenso-. Y porque la vía Udinese es la última que se quiere tomar ya, debido en gran parte a que el Granada tiene ya cierta relevancia y buen cartel en el mercado que le permiten acceder a más jugadores que los cedidos vía Italia. Por lo que la sociedad con el Watford es también una vía de salida y no de entrada.

Así que sobre todo en el caso de Mikel Rico, si el Granada lograse más abonados de aquí al viernes, es probable que el club no se tenga que ver forzado a venderlo a cualquier precio puesto que el Athletic ni se acerca a los cuatro millones que exige el Granada. Y siendo así, el futuro de Mikel podría seguir un año más ligado a Granada. Porque la hora de Siqueira sí ha llegado ya.