La dificultad para hacer gol al Granada CF, una característica que debe valorarse
La abultada derrota del pasado viernes en el Madrigal frente al Villarreal de Marcelino ha alejado al guardameta Roberto Fernández del primer puesto del Zamora de la Liga, distintivo que premia los pocos goles encajados por aquellos que deben ser el último obstáculo entre el delantero y el gol. Un mérito que rozó tras la victoria ante el Athletic de Bilbao en Los Cármenes, tras la cual alcanzaba la cifra de cinco goles encajados en siete encuentros. Los tres goles que el renacido Submarino Amarillo hizo a los de Alcaraz rebajó una circunstancia a tener encuenta: no es fácil derrotar al Granada.
Lucas Alcaraz, como veterano del fútbol, entiende que un equipo debe armarse desde la defensa para poder proyectarse en ataque. Alcaraz ha dado prioridad al blindaje defensivo de su equipo, algo que levanta no pocas críticas desde una afición que no comprende las escasas alternativas del equipo en ataque. Un portero experimentado y adorado por su afición como Roberto, que hace de sus reflejos y su espectacularidad tanto en las paradas como en el juego con el pie sus mayores virtudes, lidera al equipo desde atrás, secundado por una línea de cuatro defensas que a cada partido se asienta más.
Nyom, Diakhaté, Jeison Murillo y Brayan Angulo. Una zaga que sólo varió en los encuentros frente al Celta y el Real Madrid con la presencia del capitán Diego Mainz en sustitución del recién incorporado Murillo. Pese a sus dos buenas temporadas en Primera División, donde siempre ha cumplido pese a sus carencias, el madrileño parece estar ante una temporada en la que puede perder esa aura de seguridad e infalibilidad que le suele acompañar en detrimento de Diakhaté y Jeison Murillo.
No ha hecho nada mal el bueno de Mainz; pero la extraordinaria irrupción de Jeison Murillo y la solvencia y liderazgo del senegalés –quién ya ha ostentado la capitanía- lo alejan de la titularidad. Diakhaté ha encontrado por fin la regularidad por la que tanto ha luchado; aquella que le permite paliar con su experiencia los defectos con el balón. Pape es un líder y lo demuestra en cada entrenamiento. Aquellos problemas que pudo tener con Lucas Alcaraz han sido superados por completo.
Por su parte, Jeison Murillo es un milagro. Sus condiciones físicas y técnicas le otorgan una superioridad futbolística al alcance de pocos centrales. Superarle en el uno contra uno, ya sea con balón controlado o en duelo aéreo, es una tarea casi imposible. Su agilidad le permite llegar a taponar tiros que de no ser por él acabarían en dirección a gol. Se ha ganado un puesto y a día de hoy sería un pecado sacarlo del once inicial.
Allan Nyom y Brayan Angulo completan una defensa sólida que no parece vislumbrar sorpresas de aquí a final de temporada. El francés está sobradamente consagrado en la élite y es un bastión insuperable. El colombiano demuestra partido a partido que va a más y que pese a no ser Siqueira, es un lateral notable con fe en sus características defensivas y proyección en ataque.
Juntos comprenden una brigada que cuesta superar. De hecho, salvo el Villarreal, ningún equipo ha hecho más de un gol al equipo que entrena Lucas Alcaraz y el Betis en su casa y el Athletic en Los Cármenes se quedaron a cero. El Granada se hace fuerte desde atrás y es esa seguridad defensiva un aval para tener en cuenta que si bien al equipo le faltan ideas en ataque, es un muro de piedra en su zaga.