Los periquitos no pueden permitirse especular como hicieron en Granada en la primera vuelta
La última derrota de los de Javier Aguirre frente al Betis en el Benito Villamarín ha sembrado dudas en torno a un equipo que de momento no las estaba levantando. El Espanyol se sitúa décimo con 26 puntos, dos más de los que tiene su rival de este viernes, el Granada. Así se explica lo apretado de la zona baja de la clasificación, y del peligro de perder dos partidos seguidos. Un riesgo que el Granada siente mucho más que el Espanyol.
No obstante, el Espanyol está obligado a salir a ganar ante su afición para convencerla de que el pésimo partido disputado en Sevilla fue tan solo un accidente. Es por ello que se prevee un partido completamente diferente al que tuvo lugar en Granada en la primera vuelta, con un Espanyol encerrado y sin apenas crear ocasiones, pero que acabó llevándose los tres puntos con un libre directo de Lanzarote precedido de una absurda cesión que solo el árbitro entendió.
Empezando por la figura de su guardameta Kiko Casilla comienza la alineación del Espanyol, con pocas variaciones desde el inicio de temporada. En defensa estarán Javi López -de carácter ofensivo que le hace dejar algún hueco a su espalda-, Héctor Moreno, Colotto y Fuentes. En esta línea se encuentra la única baja espanyolista: la de Capdevila con una fractura de costilla. No termina de estar contento Javier Aguirre con su defensa, lejos de la contundencia de la que se enamoró en sus temporadas en Pamplona. Se trata de ese tipo de defensas con problemas para defender el balón parado, pero peligrosos a la hora de atacarlo. No termina Aguirre de ordenar sus piezas y por otro lado, la lentitud de sus centrales le obliga a ordenar a sus centrocampistas que imposibiliten cualquier posibilidad de contragolpe, una situación que los espanyolistas no permiten pero que cuando se produce hace sufrir y mucho al equipo.
En el centro del campo se mantiene fija la dupla David López-Víctor Sánchez. Aúnan contundencia en esa línea y pegada. Víctor Sánchez sorprende con su gran disparo desde lejos mientras que David López sabe aprovechar su estatura para imponerse en saques de esquina y faltas laterales. El trato de balón es bueno para hacer funcionar a un equipo que no suele profundizar por banda pero que sí que las utiliza para servir balones interiores y centros laterales al área. Ahí aparecen Simao y Stuani. El portugués hace de la izquierda su coto habitual para servir con inteligencia buenos balones hacia sus dos delanteros, mientras que el uruguayo trabaja como nadie en la derecha y sabe ser incisivo para entrar desde banda como un delantero más con la portería como única meta. Aguirre mantiene como revulsivos para esta línea a Manu Lanzarote y Pizzi, dos jugadores rapidísimos pero que no gozan de la confianza de Aguirre para salir de inicio.
En la delantera, Sergio García y la novedad de John Córdoba han formado una gran dupla. El capitán sabe retrasar su posición para participar del juego con una inteligencia y una calidad impresionantes. Es el líder el equipo y sabe cargar la responsabilidad sobre sus hombros. No le pesa y le agrada ese papel, probablemente en el mejor momento de su carrera. John Córdoba, por su parte, es un delantero colombiano procedente del Dorados Sinaloa mexicano. De descomunal potencia, sabe ganar las carreras a los centrales y posee un gran disparo así como fortaleza para imponerse en los balones divididos tanto por arriba como por abajo.
El Granada deberá tener la paciencia suficiente para inquietar en su campo a un rival que saldrá a intimidar en los primeros minutos. Controlar la figura de Sergio García entre Iturra y los centrales, así como seguir la marca de Córdoba entre Murillo y Mainz o Ilori será una de las situaciones clave del encuentro. Dos conjuntos sin mucho gol que hace dar aún más importancia al balón parado, que ya decidió el partido en Granada de la primera vuelta. El Granada deberá hacerse fuerte en este tipo de jugadas y tendrá que aprovechar las pocas ocasiones que tenga si quiere sacar algo positivo de Cornellá.