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El Granada cae en problemas al ser incapaz de derrotar al Levante. Álvarez Izquierdo “anuló” un penalti

Cuando la tarde se alzaba como un hermoso cuadro para obtener una importante renta frente a los puestos de descenso, todo se vino abajo. Un Levante herido llegó a Granada con el pragmatismo que lo caracteriza y se llevó un valioso botín por un resultado engañosamente claro: dos goles a cero.

Espoleado por Los Cármenes, los de Lucas Alcaraz saldrían a por todas, inclinando el campo hacia los tres palos que defendía Keylor Navas. Con Riki en banda izquierda y Brahimi por la derecha creando muchos problemas a laterales improvisados como Vyntra y El Adoua, el Granada rozaba el primer gol. Pronto llegaría una acción que marcaría el resto del encuentro y que tuvo en triste protagonista al árbitro Álvarez Izquierdo.

La jugada llegaría en torno al minuto 12 de partido. Una carrera de obstáculos de Riki por la izquierda acababa en un centro al área que David Navarro desviaba con su mano extendida hacia el saque de esquina. Vista a la distancia a la que Álvarez Izquierdo la contempló, no debería dar lugar a dudas. El árbitro, de hecho, está rápido a la hora de señalar el punto de penalti. Sin embargo, los lobos viejos del Levante, David Navarro y Juanfran, acorralan a un Álvarez Izquierdo que alza la palma de la mano en son de paz y decide señalar el banderín de córner. La consulta a su asistente es nula, ya que no existe contacto visual y para colmo, el linier se encuentra en la banda contraria.

Álvarez Izquierdo sabía lo que hacía y fruto de ello fueron unos minutos de nerviosismo en los que se equivocó al decir un saque de banda contradiciendo y rectificando posteriormente la decisión de su asistente, así como una amarilla rigurosa a Rubén García. La tarjeta roja estuvo cerca de ser la izada. Anecdótico, pero significativo.

El Levante no salía de su campo pero en el 25’ tendría su primer acercamiento en pies de Ivanschitz. Un pelotazo y una dejada en la frontal eran suficientes para sembrar el miedo. Y al Granada le temblaron las piernas ante lo mucho que debía remar para llegar a Navas, y lo poco que necesitaba su rival. Pese a la respuesta cinco minutos después de El Arabi, con un tímido remate tras una magnífica maniobra, el Granada no volvería a ser el mismo. En un nuevo contragolpe a tres minutos del ecuador, Rubén García obligaba a Roberto a realizar una de sus mejores paradas para desviar el disparo al larguero. Miedo, mucho miedo, al descanso.

El Levante empezaría la segunda parte con la misma energía con la que acabaría el primer tiempo. Víctor Casadesús avisaría con un eslalon pero sería en una jugada en el área tras un saque de esquina donde el Granada recibiría una estocada mortal. Coeff estaría blando, excesivamente blando, dando la razón a quienes los critican pese a sus últimas actuaciones notables, y ante la insistencia de Simao, más agresivo, dejaría un balón franco a David Navarro para batir a Roberto. Lo que no estaba el guión, pero se veía venir, sucedía.

Los de Caparrós tenían lo que buscaban y, fuera de casa, no necesitaban nada más. El técnico sevillano plantó un descarado 4-5-1 que fue armando poco a poco con más y más jugadores defensivos hasta acabar con cinco centrales (contando a sus dos laterales de inicio). Alcaraz intentaba encontrar los espacios con la calidad de Buonanotte y Piti pero estos no aparecían, y al Levante le seguía bastando un juego simple y de pocos toques para plantarse en las inmediaciones de Roberto. En el 72’, El Arabi tendría la más clara en el área pequeña pero su remate no olió la red.

A pesar de la entrada de “La Leyenda” Ighalo, el único alto en el partido en sus últimos minutos sería el gol de Pedro López en el 89’ en una maravillosa acción personal, impropia de un lateral derecho. La experiencia de Juanfran se impuso a la ilusión de Coeff, aunque las llamas de la ilusión granadina por momentos hicieron arder a las tablas levantinistas. Álvarez Izquierdo, cobarde en la acción del penalti, marcaría un encuentro que el Granada no supo ganar.