El flamante nuevo técnico del Granada garantiza suplir carencias de la temporada pasada
Tras diversos contactos y rumores que protagonizaron Paco Jémez y Michael Laudrup, el nuevo entrenador del Granada CF para la temporada 2014/15 será Joaquín Caparrós. De esta forma el club que preside Quique Pina da un cambio radical a sus intenciones para el banquillo ya que si bien el técnico sevillano garantiza muchas cosas, el juego combinativo y asociativo de Jémez y Laudrup poco tiene que ver con sus características.
Caparrós llega al Granada por dos temporadas con opción a una tercera tras haber roto negociaciones con el Levante, club al que dirigió el pasado curso y con el que todo parecía inclinado hacia una renovación. Su posterior negativa ha causado conmoción en los levantinistas, por lo que se deduce una propuesta jugosa de Quique Pina. El décimo puesto logrado con el Levante no es más que el último gran éxito de un entrenador con una dilatada experiencia.
Una reconocida trayectoria que inició en 1981 en el San José Obrero y que tuvo en el Recreativo de Huelva a su primer club de nivel en 1996. Tras ascender a Segunda División fue contratado por el Villarreal con resultados muy diferentes, siendo destituido al poco de empezar la temporada. En el 2000 llegó al club de su vida, el Sevilla FC para disputar en dos temporadas competición europea y ser el preparador del que sería con Juande Ramos un equipo de leyenda.
Sus siguientes equipos fueron Deportivo de la Coruña y Athletic de Bilbao, equipos en los que dejó huella pero que terminó abandonando por diversos motivos, siendo especialmente cruda su salida de Bilbao al perder Macua las elecciones presidenciales. En 2011 se atrevió al firmar con el Neuchâtel Xamax suizo del que salió temiendo prácticamente por su propia vida debido al presidente de este club. Volvió la tranquilidad para él en Mallorca, al que recogió en muy mal estado para terminar haciendo promedio de Champions durante su estancia. La siguiente campaña no fue tan próspera y fue destituido en febrero en lo que fue un inevitable descenso. Así llegó en junio de 2013 al Levante.
Si hay una palabra que defina a los equipos de Caparrós es orden. Un conjunto entrenado por el sevillano rara vez se dispondrá erróneamente sobre el campo, ni se verá claramente sobrepasado por su rival. El orden no conlleva un juego malo ni defensivo: Caparrós apuesta por un juego directo que puede ser brillante como lo fue en Sevilla o Bilbao. Amamantado en el Sánchez Pizjuán, el juego por bandas y la pasión en cada acción son las señas de identidad de sus equipos.
Caparrós llega a Granada para suplir una carencia que tuvo Lucas Alcaraz el curso pasado: los partidos como local. El nuevo técnico pondrá los nuevos cimientos para que Los Cármenes sea de nuevo un bastión para los rivales. Algo que, unido al compromiso de cada uno de los jugadores por petición expresa de Caparrós, logrará conectar nuevamente a la afición con el equipo. Un desapego palpable en parte de la recién finalizada temporada.
Otro de los puntos importantes en la nueva era que con Caparrós se inicia, es la cantera. En todos y cada uno de los equipos que Caparrós ha entrenado, la grada ha disfrutado de como uno de los jugadores del filial asumía protagonismo en una u otra medida. Así, los Bravo, Nico, Boateng y compañía pueden estar contentos. La buena relación y el entendimiento con otros «perros viejos» del fútbol como Piti, Roberto, Riki o Mainz puede ser una de las claves de este nuevo Granada.