El fichaje de Joaquín Caparrós crea oportunidades a los jugadores del filial
José Antonio Reyes, Sergio Ramos, Diego Capel e Iker Muniain no son más que algunos de los jugadores hoy consagrados en la élite que debutaron con edades insultantes gracias al nuevo técnico del Granada CF, Joaquín Caparrós. Un hombre que gusta de dar protagonismo a la casa y a la sangre nueva que en el futuro será la esencia del club. Se abren nuevas puertas para los jugadores que este año han tenido un papel destacado en el Granada B.
El ascenso del filial a Segunda B ya supuso en su momento una hazaña representativa del fulguroso crecimiento del Granada CF como entidad. Bajo las directrices de Joseba Aguado se conformó una plantilla que mezclaba a los protagonistas del ascenso con jugadores del más diverso origen con una prometedora trayectoria, caso de Agbo, Sulayman, Sergio Peña o Clifford. Algunos incluso llegaron a incorporarse con más de media campaña ya disputada.
Esto no hace más que incrementar el mérito del equipo para completar una labor más que digna finalizando en sexta posición con 58 puntos. Un resultado excelente que asegura la continuidad un año más de un proyecto ilusionante destinado a nutrir de jugadores al primer equipo. Algo que intentaron Dimitrievski, Boateng, Carmona y Sulayman pero que terminaron logrando con distinto éxito Álvaro García, Fatau y Bravo. Álvaro partió como jugador del primer equipo pero su discreta aportación provocó que fuera en Segunda B donde asumiera el protagonismo. Fatau acabó siendo sorprendentemente uno más para Lucas Alcaraz pero su espantosa actuación en la Rosaleda tras una primera vuelta ilusionante lo borró de los esquemas hasta el punto de variar el sistema.
Mención aparte merece el chileno Bravo, que poco a poco y con un trabajo constante se ganó el aparecer en los entrenamientos del primer equipo para acabar debutando en la victoria ante el FC Barcelona. Su velocidad y desborde convencieron a Alcaraz y, a sabiendas del gusto de Caparrós por los futbolistas de banda, podría tener un lugar en Primera División con el Granada la próxima temporada. Una tónica que podría repetirse con Nico, otro extremo puro cuya finura sin duda enamorará al técnico.
En caso de que Karnezis decidiera no continuar en el equipo, Caparrós podría dar el puesto de segundo portero a Dimitrievski, un guardameta que ha demostrado su fiabilidad bajo palos en diferentes ocasiones. Una vez cerrada la adquisición en propiedad de Foulquier, los rumores sobre una posible venta de Nyom acelerarían la incorporación de Álex Carmona, un lateral derecho seguro en defensa y en ataque que ya estuvo cerca de promocionar la pasada temporada.
Otra de las características de los equipos de Caparrós es un doble pivote contundente de fuerza y disciplina. En el Levante apostó por dos jugadores africanos como Pape Diop y Simao Mate, algo que podría repetir en Granada con un jugador que va ‘sobrado’ en Segunda B como es Sulayman y que tardó semanas en entrenarse con el primer equipo. Fatau podría recuperar de esta forma su papel del inicio de la pasada campaña y quién sabe si la inteligencia táctica de Adolfo podría contar con el beneplácito del preparador sevillano.
Estas circunstancias, no obstante, se hallan supeditadas a que las propuestas de equipos de Segunda División que sin duda llegarán no sean consideradas. Lo que está claro es que los jugadores del filial tienen con Joaquín Caparrós en el banquillo una oportunidad única para derribar la puerta de la Primera División. Un hecho que sin duda cuenta con el visto bueno de la afición granadinista.