Valencia-014

Lo que empezó como un proyecto cargado de sombras, hoy sólo recibe halagos

La afición del Valencia sonríe y se alza con grandeza renovada porque hacía mucho tiempo que no confiaba tanto en el proyecto deportivo de su equipo. No parece la actual una racha pasajera como las que se han sucedido en la última década y que han convertido a Mestalla en un polvorín. Hoy Mestalla vuelve a entregarse incondicionalmente a sus hombres. Más que eso, intenta crear en cada visita una pequeña gran sucursal de su templo.

Una revolución que no se entiende sin la figura de Nuno Espíritu Santo, su nuevo técnico y encargado de recuperar la fé de su afición. Ha obrado una comunión que no parecía fácil, al sustituir a un Pizzi que se había ganado la simpatía de la grada. La convicción de Amadeo Salvo en que Peter Lim lograría comprar la entidad llevó a la destitución del argentino para dar el poder a un joven entrenador portugués casi desconocido. El motivo: la fuerte unión de Nuno con Jorge Mendes, el hombre de fútbol de Lim. El famosísimo representante ha tomado las riendas del Valencia de una forma arriesgada: el ‘veto’ a Joao Pereira, hasta hace poco su representado, se debe al divorcio entre ambos.

A pesar de todo, Valencia ha caído enamorada de Nuno. Pero, ¿quién es Nuno? Con carrera profesional como guardameta, tiene sus orígenes en el Vitoria de Guimaraes con cinco temporadas, una de ellas a préstamo en el SC Vila Real. Con 23 años, el portero lamentaba su carencia de continuidad. Quizás ese reproche fue uno de los temas de conversación con Jorge Mendes el día que ambos se conocieron en una discoteca –propiedad de Mendes-  en Caminha, al norte de Portugal en 1996. Decidieron que se convertirían en socios; el que hoy es el representante de futbolistas más poderoso del mundo entraba en el juego.

Frustrado su fichaje por el Oporto debido a la rivalidad entre directivas, Nuno firmaba con el Deportivo de la Coruña por 2.3 millones de euros más el pase de Milovanovic. El ‘ruido’ de la operación y el aura de mejor guardameta joven de Portugal no logró que dejara de ser una tercera opción para la portería blanquiazul. Buscó un hogar en Mérida, donde llegó a ser Zamora de Segunda, y posteriormente defendió el arco de Osasuna. Tras seis años en España, volvió a Portugal con el anhelado contrato por el Oporto bajo el brazo. En el Estadio Do Dragao tuvo la ocasión de parar un uno contra uno a Messi en el amistoso con el que debutó en el FC Barcelona. No logró abandonar el rol de suplente, y se lanzó a la aventura del Dínamo de Moscú, donde Mendes había conseguido colocar a varios de sus representados. Sin demasiada gloria, Nuno colgaba los guantes.

Incluso sin ocupar un rol importante en sus equipos, Nuno resultaba una de las voces más destacadas de la plantilla por su carisma y liderazgo. Resultaba previsible que intentaría el salto a los banquillos y eligió a Jesualdo Ferreira como maestro, siendo su “mano derecha” sin siquiera tener título alguno. Lo acompañó en el Pathinaikos y en el Málaga, donde apenas duró nueve jornadas. En 2012 pasaría su primer tren: el Río Ave portugués, un conjunto modesto. Idóneo para crecer.

Pronto convertido en líder de la entidad, Nuno encumbró al Río Ave hacia una de las épocas más gloriosas de su historia, con un sexto puesto en su primera campaña y siendo finalistas de Copa de la Liga y Copa de Portugal el curso pasado. Aún se comenta en Portugal un gesto de Nuno en la rueda de prensa tras vencer al Sporting de Braga en una de las semifinales: interrumpió una pregunta para realizar una llamada y, mirando hacia la cámara de televisión, aseverar “¿me estás viendo?, esto es por ti y para ti”. Hablaba, como no, con Jorge Mendes, que a día de hoy sigue representándolo.  Solo el Benfica le hizo hincar la rodilla.

Ya en el Río Ave hizo gala de un carácter contragolpeador que le dio más resultado como visitante que como local. Cerca de firmar por el Sporting de Braga, Mendes le recomendó esperar al Valencia. No sin turbulencias en el vuelo, Nuno aterrizaba en Mestalla con humildad pero con la seguridad del que sabe lo que quiere. Un equipo organizado –lejos de los episodios de caos recientes- que debe defender bien para atacar mejor.

Las dudas en pretemporada se disiparon al conquistar la Emirates Cup ante Arsenal, Monaco y Benfica. Desde entonces, la confianza en él no ha hecho más que crecer hasta convertirse en idolatría. Nuno es el símbolo, el principio y el final. No tardó en empapelar Paterna con citas motivadoras, mostrándose como un maestro comunicativo. Líder junto al Barça de Luis Enrique en las primeras jornadas, ha basado su éxito en una pareja de centrales intimidatoria (Mustafi-Otamendi), en transiciones defensa-ataque vertiginosas y en un eficiente balón parado.

Tras caer 0-3 en Riazor en su única gran laguna, Nuno prometió que su equipo no perdería dos partidos seguidos. Erró; Levante y FC Barcelona han quebrado su palabra en las dos últimas jornadas. Visita Granada tras remontar en el duelo copero de Vallecas con la obligación de recomponer su honor. El valencianismo no cree tener nada que perdonarle; simplemente, le sigue.