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Los armeros no han conquistado un solo punto en esta segunda vuelta

Lo que parecía una maquinaria perfecta ha terminado por atrancarse. Aunque mirado por el lado del presupuesto del club su actual situación en la tabla es la lógica, la impresionante primera vuelta del Eibar –terminó octavo y como mejor equipo vasco; ahora son cinco los puntos que lo separan del descenso- hace que su actual racha de ocho partidos sin conocer otra cosa que la derrota preocupe y mucho en un Ipurua que, aun así, sigue totalmente entregado a los suyos y a la figura de Gaizka Garitano.

Un equipo que parecía destinado a vivir una plácida segunda vuelta se encuentra en la actualidad cuesta abajo y sin frenos, sin poder dirigir la mirada hacia otro lugar que no sea el abismo. Un lugar, la Segunda división, que no da miedo a un Eibar que ya la conquistó el curso pasado y que es consciente de su origen. Quizás asuste lo duro que ha sido escalar hacia la máxima categoría. Lo cierto es que la seguridad de esos primeros dieciocho partidos se ha convertido en un extraño estado de impotencia ante equipos con menos argumentos pero más tablas. Un ‘gatillazo’ en toda regla.

Esta peligrosa racha convierte el encuentro del sábado en Los Cármenes en una final para los vascos, quienes piden urgentemente un salvavidas. Lo hará bajo mínimos en el centro de la defensa debido a la sanción de Ekiza y a la fallida inscripción de Rafa Páez, llamado a ser sustituto de un Raúl Albentosa que firmó por el Derby Country tras ser probablemente el mejor jugador de los de Garitano en la primera etapa del campeonato. El veterano capitán Añibarro será el acompañante de Raúl Navas en esa zona.

Sigue siendo el Eibar un equipo basado en su solidez. Un conjunto que junta líneas y al que, como recordaba Saúl Berjón esta semana, “nunca le han pasado por encima”. Un doble pivote en el que ha aparecido el recién incorporado Borja Fernández para dar la alternativa a Dani García y Erasti supone gran parte del equilibrio de los azulgrana. Garitano, enamorado de un fútbol práctico con buena y lógica ocupación de los espacios, se entrega al 4-2-3-1, el que probablemente sea el sistema más flexible de todos.

Disputa, sacrificio y humildad, valores que nunca abandonarán al club de Ipurua pero que ahora mismo no son suficientes para meter goles y ganar partidos, que es lo que necesitan a día de hoy. La pérdida de Albentosa supone además perder a un gran rematador a balón parado, una de las armas más preciadas de Garitano. Para botarlas sigue disponiendo de Javi Lara y Saúl Berjón, dos especialistas.

Aparte de la estrategia, el Eibar apuesta por los desdoblamientos de sus laterales y los centros al área para llegar de la forma más directa posible a situaciones de peligro, lejos del artificio y sin renunciar al disparo desde fuera del área. Futbolistas como Capa, Manu del Moral o el propio Saúl Berjón aportan verticalidad desde los costados, todos con una cifra de goles interesante al no disponer de un delantero goleador a pesar de la experiencia de Piovaccari.

Lo cierto es que la sequía goleadora y de puntos de los vascos es preocupante. Sin embargo, por encima de todo sigue el Eibar. “Nunca ha prometido más de lo que podía dar, pero lo que ha prometido lo ha dado”, asegura Mateo Guilabert, cronista histórico del club, en el último Informe Robinson. Tras caer ante el FC Barcelona, Garitano, que conoce bien la filosofía de la institución, aseguró a sus aficionados que “esto lo vamos a sacar por mis cojones”. El primer asalto, en Granada ante un vestuario más necesitado si cabe.