LaCONTRACRONICA

Notable mejoría en un partido difícil que otorga un empate insuficiente

Resultaba imposible ser mínimamente optimista de cara al futuro próximo del Granada CF después del hundimiento en Almería. Nada hacía esperar un resultado positivo de la visita del Sevilla a Los Cármenes y sin embargo, llegó un empate, que bien pudo ser una derrota pero también una victoria. Lo cierto es que se pierde una jornada más sin ganar y quedan seis; brota, no obstante, una mínima esperanza. Se frenó a un gran Sevilla.

Tomó nota Abel y varió su esquema. Agotado, como todos, de las nulas respuestas de Córdoba y de El-Arabi, decidió apostar por un Isaac Success que ya parecía tener el crédito agotado para la presente campaña. Además del punta, ideó un trivote en el que Fran Rico mandaba escoltado por Rubén Pérez e Iturra, ambos con más recorrido. Por fin un trivote que el equipo pedía a gritos, fallidos los intentos de jugar con mediapunta, ya fuera Piti o Márquez. Cala y Mainz repetían como centrales y Candeias entraba por la izquierda, pesando su sacrificio en defensa.

Los sevillistas, alentados nuevamente por una pequeña gran invasión en las gradas, efectuaban hasta seis cambios con respecto al encuentro del jueves ante el Zénit sin perder un ápice de competitividad. Reyes, Denis Suárez, Vitolo y Bacca son artillería suficiente para desmontar a un equipo como el Granada, y nadie diría que el Sevilla se guarda nada. Un fondo de armario espectacular. El impetuoso Granada inicial terminaba cediendo ante un Sevilla que comenzaría a buscar con ahínco la espalda de la zaga local con dos sustos en los primeros diez minutos, primero Vitolo y luego Denis Suárez.

Y sin embargo, el Granada encontró una buena noticia en su frente del ataque. Isaac Success estaba feliz y se atrevía con todo. Él, desde luego, no tenía nada que perder, eximido de responsabilidad. Comenzó a oxigenar a su equipo con su capacidad para chocar con los centrales, controlar de espaldas y dar soluciones. Que no es poco. Estas características permitían no echar de menos la presencia del mediapunta y encontrar las ayudas de Rubén Pérez e Iturra, cuyo balance defensivo permitía liberar a Robert Ibáñez y Candeias por los costados. Así, al cuarto de hora, Mainz envió al fondo de la red un saque de esquina de Candeias tras librarse de la marca de Krychowiak.

Lejos de arrinconarse, el Granada quiso aprovechar la inercia y siguió remando, entrando por la banda derecha que Ibáñez y Nyom controlaban. Cuatro minutos más tarde, el propio extremo valenciano estaba a punto de hacer el segundo con un disparo demasiado cruzado tras recibir del camerunés dentro del área. Instantes después, Diogo Figueiras enviaba al poste al excederse en confianza con su despeje un envío también desde la derecha. El Sevilla sufría y reaccionó a balón parado. Reyes hizo dudar a Roberto en su salida y Mainz evitaba en la línea un gol a remate de Bacca.

El colombiano empezaba a dejarse ver y con un gran desmarque y envío al espacio de Pareja volvía a inquietar al respetable. El Granada entendió que no quería un intercambio de golpes y comenzó a pausar el partido. Ibáñez y Candeias defendían como laterales para proteger a sus compañeros ante las entradas de Diogo y Navarro, convirtiendo pronto el juego del Sevilla en una prática demasiado frontal. Emery envió a M’Bia como segundo punta para distraer las marcas. Sin más peligro que la amenaza del contragolpe, el Granada se iba al descanso relativamente tranquilo.

Volvió de la pausa el Sevilla volcado y el Granada concentrado en no perder su ventaja. Denis Suárez tuvo dos remates peligrosos dentro del área en dos centros de Vitolo que no desembocaron en gol. Reaccionaron los locales enseñando los dientes: Success se dejaba caer a banda derecha concentrando a unos defensores sevillistas que no podían con él, permitiendo que por banda izquierda entrasen Candeias o Iturra. El portugués tuvo la mejor ocasión de su equipo en el segundo tiempo de esta forma, ganando la espalda a Diogo pero conduciendo mal y finalizando muy apurado, facilitando la tarea a Sergio Rico.

Al cuarto de hora de la reanudación, Emery movió ficha e introdujo a Banega y a Aleix Vidal, pasando a jugar con dos carrileros muy volcados con Krychowiak echando una mano a los centrales dando a Banega el timón. Logró abrir a un Granada muy cerrado con la profundidad de Vidal por banda derecha y a la vez concentró toda su calidad en la parcela central con Denis Suárez, Reyes y el rosarino de los tatuajes. Diez minutos tardó en darle resultado: Reyes vio el hueco donde no lo había y desde línea de fondo, Vidal provocó que Mainz enviase el balón hacia su propia portería.

Iturra luchaba  y Abel cambiaba a sus extremos dando el relevo a Lass y Juan Carlos pero el Granada no lograba salir ni crear peligro. Emery probaba con Gameiro mientras Piti sustituía a Rubén Pérez en un último alarde de valentía pero sólo Denis Suárez probó fortuna en un asedio liderado por Aleix Vidal. El Granada se lleva un punto que no le sirve para demasiado más que para recuperar autoestima; los encuentros ante Espanyol, Getafe y Córdoba marcarán su sino.