Lucas Alcáraz se ha convertido en nuevo entrenador del Granada tras la destitución de Paco Jémez la semana pasada. Tiene como misión devolver la ilusión a la afición y sobre todo, guiar al equipo a la permanencia
«Espero que no haya una tercera etapa. Estoy seguro que, de ser así, es que con toda seguridad que a mi equipo no le irían bien las cosas. No obstante, de ser así no podría negarme porque a una madre no se la abandona cuando te necesita, y mi madre es el Granada Club de Fútbol». Esas fueron las últimas palabras del entrenador granadino en una rueda de prensa. Fue en Zorilla, estadio del Real Valladolid, tras conseguir la permanencia con el equipo nazarí en la temporada 2013-14. Como no podía ser de otra manera, y llegados al punto de que el Granada CF se encuentra en última posición de la tabla tras siete partidos (2 puntos de 21), el club ha recurrido a la figura del entrenador granadino y éste ha dado el «si quiero». «Su madre» está en estado crítico y necesita de los cuidados de «su hijo» para poder salir de la UCI y subir a planta lo antes posible. La misión es dificil, complicada, desesperanzadora…pero Lucas Alcaraz tiene ante sí el mayor reto de su carrera, por partida doble.
Granadinista de sangre, de los que ya no quedan. Lo ha demostrado toda su vida. Será su tercera etapa en el club rojiblanco tras entrenarlo en Segunda B con más de 100 partidos. Tras su paso por el Recreativo de Huelva, Racing de Santander, Córdoba, Almería o Aris de Salónica volvió a Granada en 2013, a su Granada, para reconducir la mala situación por la que se encontraba el equipo rojiblanco. Con dos permanencias bajo el brazo y 55 jornadas sin entrar en descenso, Lucas dejó el club, más por falta de fuerzas que por otra cosa. Tras varios meses en el paro, el Levante decidió contratarlo para salvar la categoría y así lo hizo, una jornada antes de acabar el campeonato de Liga. Desde entonces no ha vuelto a entrenar a ningún equipo y la llamada del Granada ha hecho que no se lo haya pensado demasiado para apostar por este reto tan complicado a la vez que valiente.
No veremos por Los Cármenes un fútbol de ensueño. Tampoco lo vimos con Paco Jémez. Si veremos una plantilla llena de calidad, mucho mejor que la que tuvo el propio entrenador granadino hace varias temporadas, aunque puede pecar de inexperta y con falta de veteranía, pero eso lo pondrá Lucas Alcaraz desde el banquillo. Solo importan resultados y poder salvar la categoría por sexta vez consecutiva. No será fácil pero a los «masocas» le van los retos, cuanto más difíciles mejor. Y Lucas Alcáraz es un poco «masoca».