Derrota dura y escandalosa, aún más después de adelantarse en el marcador, del Granada en el debut de Lucas Alcaraz. La ilusión de rascar algo positivo del Calderón se esfumó después de la exhibición del belga Carrasco. Suya fue la tarde, anotando tres goles y llevándose la ovación de la hinchada colchonera. El Granada no pudo soportar el asedio del líder y se marcha de Madrid con el recuerdo del golazo conseguido por Cuenca y siete goles en contra

El sol recibió a los granadinistas que se desplazaron hacia la capital del país para presenciar este nuevo comienzo, con Lucas Alcaraz a los mandos de la nave rojiblanca. El nuevo entrenador mostró un once de circunstancias, con muchas bajas que paliar en la defensa y sin uno de los referentes en las primeras jornadas, Carcela. Así, Alcaraz introducía de inicio al joven Angban en lugar de Krhin, Márquez como pareja de este en el doble pivote en detrimento de Samper y Cuenca como sustituto de Carcela González. Al centro de la defensa volvía Lombán, mientras que Boga esperaría su reaparición en el banquillo. Por su parte, Simeone no guardó ningún as bajo la manga y dispuso sobre el verde del Calderón a su mejor once, con la salvedad del lesionado Saúl. Su lugar lo ocupó Koke, habituado a jugar algo más escorado cuando sí está el ex del Rayo. La banda la ocupó el argentino Correa. Los focos sin embargo estaban sobre la dupla ofensiva del actual líder de La Liga. Por las botas de Griezmann y Gameiro iban a pasar las posibilidades de seguir ostentando el puesto más alto de la tabla, tras la victoria del FC Barcelona y el partido que enfrentaría más tarde a Betis y Real Madrid. Así pues, un Granada que necesitaba una terapia de urgencia y un Atleti necesitado de puntos para seguir líder se dieron cita en un Calderón lleno. De hecho, el estadio cumplía 50 años en el partido de hoy. Todo un hito antes de que el club colchonero lleve a cabo su traslado definitivo a su nuevo feudo.

El encuentro comenzó con los roles claramente definidos. El Granada no renegó del balón, jugando con Ochoa e intentando sacar el balón jugado desde atrás cuando la presión de la delantera local lo permitía. No obstante, sí que se vio una predisposición de la zaga distinta a la mostrada a las órdenes de Jémez con respecto a las decisiones tomadas en situaciones de riesgo. Los de Simeone por su parte aceptaron desde el minuto uno el cartel de favorito y empezaron a atacar por la banda de Filipe Luis. La consigna de los de Lucas Alcaraz era estar juntos, mantener pegadas las líneas para jugar como bloque. De hecho, la primera ocasión de peligro llegó en un desajuste en esta tarea. Koke encontró un hueco entre líneas y conectó con Gameiro. Ochoa salvó el mano a mano al francés, si bien el juez de línea había levantado -equivocándose- el banderín. El Granada, inédito en ataque, fue dando terreno a los colchoneros, estando en ocasiones todos los jugadores locales -salvo Oblak- en el campo granadinista. Encerrado en campo propio, la luz del Granada llegó en una ocasión aislada, justo cuando menos se podía imaginarlo la afición nazarí. Cuenca agarró un balón suelto y se dio la vuelta para conectar, sin que el balón tocase el césped, una volea tan lejana como imparable. El balón salvó la estirada de Oblak y entró por la escuadra, convirtiéndose en uno de los mejores goles de lo que va de campeonato (0-1).

Cuenca Calderón

Con el tanto se alegró el gris juego granadinista, que pasó de no tener el balón a plantarse dos veces más en el área local. Pereira probó fortuna con un disparo seco desde la frontal del área, aunque su chut se marchó desviado. El Atlético tenía la obligación de despertar y salir del shock que había supuesto el tanto de Isaac Cuenca. Lo intentó a balón parado, pero el remate de Godín no cogió portería para alivio de Ochoa. Con toda una vida por delante, los de Lucas Alcaraz habían conseguido el segundo reto más difícil del día, anotar gol. El más difícil era, sin embargo, aguantar el resultado. Juanfran encontró la espalda de Gabriel Silva y sirvió en el minuto 25 de juego un centro magnífico. Gameiro se relamía sin saber que Vezo se iba a interponer entre él y el balón. Apretó el Atlético, muy necesitado de Griezmann. El ídolo colchonero no estuvo cómodo durante la primera media hora de juego, lo que provocó que retrasase su posición una y otra vez. Con el paso de los minutos, el conjunto local se mostró impaciente. El asedio debía dar fruto pronto. Correa disfrutó de la primera ocasión tras un gran pase de Juanfran, pero Ochoa lo evitó. A balón parado llegó el empate, obra del belga Carrasco. El meta mexicano despejó sin contundencia un remate de cabeza de Griezmann, pero no pudo hacer nada ante la definición de Carrasco. El 10 llegó desde atrás para poner las tablas en el marcador (1-1).

Tras el gol, los de Simeone recuperaron el aliento y el partido bajó las pulsaciones. Así las cosas, a un minuto del descanso se volteó el marcador. Correa vio a Carrasco en el interior del área y se la sirvió. El belga recortó hacia su pierna diestra y disparó a meta con tan mala fortuna que el balón rozó en Tito y a Ochoa no le dio tiempo a reaccionar (2-1). El tanto inicial de Cuenca quedaba como una mera ilusión en una primera parte que fue, de cabo a rabo, del atlético. El Granada no consiguió marcharse al descanso con algo positivo entre manos.

Ochoa Calderón

Tras el receso el protagonismo siguió siendo local, aunque el tempo del juego bajó ostensiblemente. Pocas ocasiones en los primeros diez minutos del segundo tiempo, con un Granada conservador que no quería verse dos abajo en el luminoso del Calderón. No fue hasta que se cumplió un cuarto de hora del segundo acto, que el Atlético volvió a pisar el acelerador. Griezmann dejó atrás, muy atrás, a Gabriel Silva y se la puso genial a Carrasco, que completó con una excelente definición su hat-trick (3-1). Solo dos minutos más tarde llegó el cuarto. Con el Granada deshecho, Correa encontró un balón en el área chica y, tras una primera intervención de Ochoa, Gaitán terminó por introducir el balón en la meta nazarí (4-1). Pudo ser peor. Griezmann buscaba su tanto y a punto estuvo de conseguirlo con una volea que pasó cerca del poste. Simeone decidió dar descanso al francés y entró Fernando Torres en su lugar. Con nada que rascar, el Granada deambuló por el terreno de juego, mientras que el Atlético encontraba más huecos a través de los cuales intentó engrosar su marcador. Vezo remató tímidamente un centro de Márquez desde la esquina, pero Oblak no tuvo problema en atrapar el primer disparo -humano- del Granada, ya que el esloveno solo había recibido el misil de Cuenca. Gaitán, reivindicándose, anotó el quinto en una gran jugada individual (5-1). Correa hizo aún más sangre, anotando el sexto con un disparo ajustado desde fuera del área (6-1). El escándalo llegó cuando Carrasco regateó a toda la defensa del Granada y se la dejó franca a Tiago para que llegase el séptimo. Un Atlético desatado que fue demasiado para el Granada. Los nazaríes acabaron pidiendo el final de la masacre, mientras la fiesta nacía en el Calderón.

Carrasco

FICHA TÉCNICA

C. Atlético de Madrid: Oblak; Juanfran, Godín, Savic, Filipe Luis; Gabi, Koke (Tiago, 66´), Correa, Carrasco; Griezmann (Torres, 66´) y Gameiro (Gaitán, 60´).

Granada CF: Ochoa; Tito, Vezo, Lombán, Gabriel Silva; Javi Márquez, Angban (Uche, 63´), Cuenca, Bueno (Barral, 63´), Pereira; y Ponce (Kravets, 74´).

Goles: 0-1, Cuenca (17´); 1-1, Carrasco (34´); 2-1, Carrasco (44´); 3-1, Carrasco (60´); 4-1, Gaitán (63´); 5-1, Gaitán (80´); 6-1, Correa (85´); 7-1, Tiago.

Árbitro: De Burgos Bengoetxea. Amonestó a Correa (60´), Uche (64´)

Fotografías: LaLiga