El Granada contará sólo con una quincena de jugadores en su plantel una vez llegue el 30 de junio, cifra que podría verse reducida en caso de descenso. La vanguardia queda como principal posición a reforzar para el próximo curso
Dos ventanas de traspasos después, la dirección deportiva – aún sin personificar – del club debe volver a moverse, esta vez lo antes posible para empezar a trabajar en una plantilla completamente distinta a la actual, ya sea en Primera o Segunda División. Hasta trece jugadores se encuentran en la ciudad de la Alhambra a modo de préstamo, por lo que la tarea será ardua desde el inicio.
Ochoa, Gastón Silva, Tabanou, Vezo, Héctor, Samper, Wakaso, Boga, Kone, Pereira, Adrián Ramos, Ponce y Kravets son los jugadores cedidos a la entidad nazarí que abandonarán el plantel presumiblemente al final del curso presente. Sin embargo, dentro de estos trece casos hay peculiaridades, como la de Wakaso, que podría ser transferido al Granada si los rojiblancos abonan un millón y medio de euros; otra excepción es la de Ochoa, que acaba contrato el 30 de junio y podría sumarse sin coste alguno.
Por otra parte, el Granada recuperará a Oier, Machís, Tito, Martins y Rubén Pérez de sus respectivas cesiones, lo que aumentará el número de jugadores disponibles a quince. Otro jugador propiedad de los nazaríes que se encuentra en préstamo es Fran Rico, con el que no podrán contar en el próximo curso, dado que el contrato es válido para dos campañas.
Con estas bajas y altas, el Granada contaría en principio con Rui Silva y Oier en la portería; Uche, Lombán Saunier, Foulquier, Ingason, Tito y Martins en la zaga; Carcela, Cuenca, Krhin, Atzili, Rubén Pérez y Machís en el centro del campo, mientras que la parcela de delanteros puros quedaría vacía a la espera de llegadas. Todo ello sin contar con que se ejecute la opción de compra sobre Wakaso ni se convenza a algunos de los cedidos para permanecer más tiempo en la entidad.
Sin embargo, no todo se limita al número de cesiones que finalicen. Un probable descenso podría incentivar la salida de algunos jugadores, y es que el propio Saunier ya avisó de que sería más feliz jugando en Primera que descendiendo con el Granada. Otros como Carcela muestran una calidad muy por encima de la categoría de plata, por lo que no se podría descartar que busque cambiar de aires para seguir jugando en la élite. Por último, habría que estudiar la situación de los jugadores que no están rindiendo y parecen olvidados dentro del plantel, como es el caso de Krhin o Atzili.
Al menos diez fichas podrían quedar libres una vez finalice la temporada, lo que augura un verano movido en la parcela de fichajes. Para cerrar las incorporaciones deseadas, ya sea en Primera o Segunda, la dirección deportiva debe sondear el mercado desde ya para poder cubrir ambas opciones y reforzar al equipo adecuadamente.
Foto: Elena Callejón