El Granada abandona la Primera División con una derrota más y tirando el partido en los primeros diez minutos. Sólo Entrena y Pereira supieron lavar la imagen del equipo mostrando espíritu de lucha
Poco se puede hacer una vez que se desciende matemáticamente, y más aún en la última jornada del campeonato. Sin embargo, siempre queda en la afición la pequeña ilusión de cerrar un curso tan negativo con una última victoria que al menos ayude a despedir la categoría de plata con un sabor más edulcorado.
Escasos aficionados tenían fe aún en una despedida digna por parte del equipo, hecho que se vio probado al registrar la afluencia más baja de la temporada. Diez mil aficionados se dieron cita en la grada para ver el último esperpento que les tenía preparado el plantel, una última forma de manchar la camiseta.
Dos minutos necesitó el Espanyol para abrir el marcador, y con más ayuda local de la que esperaban. Uche se durmió con el balón y regaló la posesión en su propio campo, Piatti buscó el área y Lombán decidió buscar un despeje de tacón que por poco acaba dentro de su propia portería. Suerte que detrás estaba Leo Baptistao para terminar la jugada mandando el balón a la red, anotándose un gol que era más propiedad del central que del propio ariete.
Si Lombán no consiguió finalizar su obra, Vezo la completó. Navarro encontró en profundidad a Baptistao, que se internó en el área y buscó un ingenuo pase de la muerte sin rematador posible. O al menos así habría sido con una defensa decente en el equipo opuesto, pero Vezo fue capaz de materializar el tanto y dejar a su equipo dos goles por debajo en sólo siete minutos.
La diferencia en el marcador, conseguida sin necesidad de sudar, incendió a una grada que no dudó en cargar contra los suyos. La explosión de los aficionados debió despertar – por primera vez en todo el curso – algo en los jugadores, que al menos fueron capaces de mandar balones a Pereira para que intentase tirar él de todo el equipo.
Como si de una consigna se tratase, el belga demostró no ser uno de esos jugadores que carecen de profesionalidad a los que señaló Adams. De hecho, consiguió acercar a los suyos en el marcador con un disparo desde la esquina del área que entró rozando el poste de la portería defendida por Diego López, tanto que paradójicamente celebró pidiendo disculpas a la afición por los resultados del equipo.
El resto del encuentro transcurrió sin interés alguno pese a la ligera mejoría de los locales. La indolencia volvió a pasar factura hasta el punto de ver a Ochoa salir a rematar un saque de esquina mientras sus compañeros jugaban en corto, desbaratando la intentona del portero de sumar un efectivo.
La última imagen sorprendente, tanto del partido como de la temporada, no fue otra que la de Héctor dando la vuelta al campo pidiendo disculpas a la afición mientras compañeros como Foulquier, supuesto capitán del equipo, le pedían que volviese al vestuario. Ver a un jugador cedido hacer lo que no le sale de dentro a ninguno de los que forman parte del club deja en evidencia a muchos de sus compañeros.
Ficha técnica
Granada: Ochoa; Cuenca, Vezo, Lombán, Ingason, Héctor; Uche (Hongla 76′), Krhin; Pereira (Jean Carlos 60′), Adrián Ramos y Entrena (Boga 83′).
Espanyol: Diego López; Navarro, David López, Reyes, Aarón; Marc Roca, Víctor; Piatti (Álvarez 83′), Jurado, Leo Baptistao (Hernán Pérez 84′) y Gerard.
Goles: 0-1, Baptistao (2′); 0-2, Vezo (pp. 7′); 1-2, Pereira (21′)
Árbitro: Carlos Clos Gómez. Amonestó Marc Roca (61′), Piatti (66′) y Víctor Álvarez (91′) en el equipo visitante.
Incidencias: partido correspondiente a la 38ª jornada de La Liga, que enfrentó a Granada CF y RCD Espanyol ante un total de 10.503 aficionados.
Foto: Helena Callejón