Un error de Javi Varas al filo del descanso y la permisividad del colegiado con el conjunto local permiten al Oviedo hacerse con la victoria en el Tartiere

En una categoría como la Segunda división, un fallo equivale a una condena. El Granada, que se adelantó en el marcador, lo comprobó de la peor forma posible antes de que el colegiado señalase el descanso y pasó la segunda mitad del encuentro a merced de la ofensiva del Oviedo.

Irónicamente, el primero en avisar fue Joselu al cuarto de hora con una volea desde dentro del área que se estrelló en el travesaño. El partido, de ida y vuelta, fue tomando un carácter bronco y el juego cada vez pasó a ser más intermitente. Sin embargo, a los 40 minutos de juego, Machís llegó a línea de fondo y sacó un centro que despejó la zaga, pero Kunde se encargó de enviar el rechace al fondo de la portería defendida por Alfonso Herrero.

Cuando parecía que los rojiblancos se marcharían al túnel de vestuarios con un resultado favorable, Varas cometió un error infantil que llevó las tablas de vuelta al marcador. Chico Flores despejó hacia atrás un balón colgado al área y el guardameta decidió evitar que se marchase por línea de fondo para no conceder un saque de esquina, pero el balón se escapó de manos del sevillano y Forlín sólo tuvo que empujarlo para empatar.

Ya en la segunda mitad, la pesadilla rojiblanca se acentuó, por el resultado y por el juego excesivamente duro de los locales, permitido por el colegiado en todo momento. A los 62 minutos de partido, Steven hizo su debut con el Real Oviedo y, sólo sesenta segundos después, se topó con Javi Varas tras recibir un gran pase en el corazón del área. El canterano empujó el rechace del ’13’ nazarí y puso el 2-1 final en el marcador.

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Ya con la ventaja en el marcador, los locales se enfocaron en exprimir al máximo el tiempo restante del encuentro y frenar los intentos de ataque de los de Oltra, yendo en más de una ocasión al límite del reglamento. Christian se encargó en la primera mitad de dejar marcada la pierna de Agra y, en el minuto 74, mandó a Joselu a la enfermería conectando un codazo en la garganta del onubense, que cayó al suelo sin poder respirar. En ninguna de las dos acciones el colegiado decidió amonestar al jugador oviedista.

La habitual tardanza de Oltra a la hora de realizar la batería de cambios que buscasen dar una vuelta al partido tampoco ayudó a un Granada vapuleado físicamente e incapaz de disparar a puerta en toda la segunda mitad. Sin mejoría visible con las sustituciones, los minutos continuaron escapándose del marcador y los rojiblancos terminaron por ceder, tanto por fallos propios como por los del árbitro, los tres puntos a un rival con la delantera mermada.

Foto: LaLiga