

Foto: Atlético de Madrid.
Partido para olvidar del conjunto rojiblanco que no compitió en ningún momento el partido al Atlético
Para aspirar a un sueño es necesario tener los pies en la tierra. Esto es algo que nunca se ha puesto en duda si hablamos del Granada CF de Diego Martínez. Y nunca nadie había pensado que se podría cuestionar mientras durara el periplo del gallego en Los Cármenes. Sin necesidad alguna de dramatizar, aún después del correctivo que ha encajado el cuadro del Zaidín en el Wanda Metropolitano, creo que todo el mundo sigue pensando que un día malo lo tiene cualquiera, pero también es cierto que, en vista de lo ocurrido, es necesario despertar.
La historia es así: La locomotora de Tiflis paró el jueves en Los Cármenes para bajar del tren a los pasajeros georgianos y montar a los granadinos de camino a Malmoe. Antes, sin embargo, debían hacer transbordo en Madrid, donde esperaba el Átletico, que debutaba en Liga y esperaba presentar, aunque fuera a través de la pantalla, a su flamante fichaje Luis Suárez.
Esperando la firma del tocayo del ariete uruguayo se apeó el Granada en el estadio colchonero, con más ganas de entrar ya en Suecia que otra cosa. La alineación, con las rotaciones esperadas, indicaba que la importancia del duelo de hoy era menor. Kenedy y Jorge Molina, en la primera jugada quisieron demostrar que no, pero se quedaron en el intento.
Como también es cierto que a perro flaco todo se le vuelven pulgas y que por lo general se junta el hambre con las ganas de comer, resultó que Diego Pablo Simeones se dió cuenta, después de tres años, que su equipo y sus delanteros sirven para algo más que para perseguir a los laterales rivales. Salió al campo el mejor Joao Félix acompañado de un muy buen Correa – al que marcó el peor Foulquier – y un extramotivado Diego Costa. No se llevaban ni diez minutos de juego, el extremo argentino cogió el balón en banda derecha y la puso tocadita sin oposición alguna para que Diego Costa fusilara con la testa a Rui Silva.
Hablando del luso, desde luego que si la idea es que se quede en Granada, la de hoy no es la mejor manera de hacerlo. El de Aguas Santas tuvo una tarde bastante movida que empezó con un gol y un penalti en contra. Lo paró, porque Rui lo para todo (todo lo que se puede parar, y algunas que no, obviamente). Paró el penal, paró el remate a bocajarro de Costa y los intentos posteriores de todo el que hoy fuera de rojiblanco. Cuando te preguntas si es peor que tras un 6-1 tu mejor jugador sea el portero o si lo es que el único futbolista medianamente concentrado en el partido sea el único que no tiene seguro quedarse, es que tienes un problema. Grande, además, fíjense cuánto que esto es GranadaCFWeb y aún no se ha hablado de los nazaríes en ataque, porque es imposible. Bueno, Víctor Díaz tuvo una al borde del descanso.
Cuando parecía que nada podía ir peor…
Si algo consolaba al aficionado nazarí es que el primer tiempo había terminado y su equipo seguía con mucha vida. Eso y que los de Diego Martínez suelen corregir bastante bien en los vestuarios. Nada más lejos de la realidad. Dos minutos tardó Correa en anotar el segundo tras otro despiste terrible de Foulquier y un fallo en la salida de balón visitante.
Ver como el guerrero Yangel se reserva meter la pierna en ciertas acciones o cómo Azeez no consigue articular un control duele casi tanto como que Vallejo no supiera qué fuga cubrir. Los cambios, hombre por hombre, fueron completamente irrelevantes y sólo con el objetivo de dar descanso a la gente. Y mientras todo esto ocurría, Joao Félix seguía su show. Un sombrero por aquí, espuela por allá, y golazo tras sentar a Vallejo en el minuto sesenta y cinco. 3-0 y aún no había entrado Suárez.
Y menos mal, porque lo primero que hizo al pisar el verde de su nueva casa fue darle una asistencia a Marcos Llorente para el 4-0. Al primer toque; menos mal que estaba gordo, porque si ese movimiento de tobillo lo hace estando en forma, es capaz de clavarlo por la escuadra él mismo. Las posesiones del Granada seguían siendo prácticamente inexistentes: balones largos y centros laterales. Como intentar venderle a Doraemon una riñonera.
Lo segundo que hizo Lucho en el campo fue inventarse un penalti que Estrada pitó feliz y tuvo que anular con cara de circunstancias. Lo malo es que a la tercera fue la vencida y marcó el quinto con un cabezazo espectacular desde parado. En un momento de cruce de cables, el Granada hizo una jugada algo más fluida, con conducción de Machís, y para sorpresa de absolutamente nadie, acabó maquillando el resultado con un gol de Jorge Molina.
Con todo el pescado ya vendido Suárez completó el set y le dio al Atlético sus primeros tres puntos y al Granada un toque de atención. Hay que felicitar a este equipo por todo lo que ha conseguido y confiar en él, pero quien bien te quiere, te hará llorar, y flaco favor haríamos si no señaláramos que lo de hoy es indigno de un club de Primera y que no se debe repetir.
Ficha técnica
Atlético de Madrid: Oblak, Trippier, Savic, Felipe, Lodi, Saúl, Koke (Vitolo, 76’), Correa (Lemar, 76’), Carrasco (Thomas, 70’), Joao Félix (Marcos Llorente, 70’) y Diego Costa (Luis Suárez, 70’).
Granada CF: Rui Silva, Víctor Díaz, Domingos Duarte (Germán, 83’), Vallejo, Foulquier, Milla (Yan Eteki, 70’) Yangel Herrera (Fede Vico, 70’), Azeez, Kenedy (Soro, 59’), Puertas (Machís, 59’) y Jorge Molina.
Goles: 1-0, Diego Costa (9’); 2-0, Correa (47’); 3-0, Joao Félix (65’); 4-0, Marcos Llorente, (71’); 5-0, Luis Suárez (85’); 5-1, Jorge Molina (86’).
Árbitro: Estrada Fernández (comité catalán)