

El Granada CF sigue sin vencer en liga fuera de casa. El año lo ha cerrado con solo una victoria y tres empate a domicilio. Son cifras bastantes pobres para un equipo que quiere optar por ascender en mayo. En casa es invencible, pero los fantasmas les atormentan en tierras lejanas.
Paco López se quiere desquitar de este tópico. Desde su llegada han perdido dos partidos y han empatado uno, por lo que es algo que no se comprende. Es obvio que con Karanka esta merma le costó el puesto, pero el Granada con el técnico valenciano no ha rectificado, aunque el juego ha cambiado por completo y transmite unas sensaciones más positivas.
Los 32 puntos que lo mantienen dentro del playoff avalan al equipo. No es para menos. Hay calidad y garra suficiente como para pelear por el ascenso, pero es significativo que los futbolistas no arranquen lejos de Los Cármenes.
Bajo un punto de vista crítico, es posible que el equipo esté atascado. La propia presión les puede, aunque para jugadores profesionales no debería ser un problema enfrentarse a estas circunstancias. En cuanto la victoria liguera fuera de casa llegue, todo el peso desaparecerá y se verá desde otro prisma.
El fútbol ha cambiado por completo desde que llegó Paco López. Los futbolistas lo notan, y palpan que rinden mejor con este modelo de juego. El aficionado también lo percibe, y sus impresiones demuestran que, pese a que no venzan, lo intentan y ponen méritos como para conseguir algún redito como visitante.
El parón navideño quizás haga que la cosa cambie y la situación se alterne. Puede ser necesario para el equipo. Solo es cuestión de tiempo, pero este sigue corriendo y la situación cada vez se tensa más. Un quiero y no puedo.