

El Granada CF no dio para más. Lo intentó de una reiterada manera en el segundo acto, donde pareció dar señales para merecer las tablas, pero la solidez del Oviedo y seguridad de Tomeu Nadal lo hicieron imposible.
El Granada CF cayó eliminado de la Copa del Rey en la noche de este jueves ante el Real Oviedo, que supo aprovechar su tempranero tanto de Luengo a balón parado para llevarse el pase a los dieciseisavos de final y cerrar el año de una manera excelente.
Los rojiblancos, después del único gol del duelo, se hicieron dueños de la bola e intentaron llegar más a campo rival, aunque eso no se transformó en ocasiones. Bryan Zaragoza fue de los pocos que intentó algo en área rival, pero la chispa del joven jugador no fue suficiente.
Paco López se dio cuenta de ello y en el descanso cambió a varios jugadores y el sistema planteado de inicio, convirtiendo al equipo en un portento a la hora de llegar, generar y aguantar.
Callejón y Molina tuvieron las dos más claras de la noche para los nazaríes, pero las actuaciones salvadoras de Tomeu Nadal hicieron que ello no se transformara en un premio gratificante para los andaluces, que hicieron méritos para poner las tablas.
El paso del tiempo y desgaste físico hicieron que el ritmo del Granada fuera decayendo, y en un contragolpe que aprovechó el Oviedo, Miguel Rubio fue de nuevo expulsado tras derribar al atacante asturiano. Segunda expulsión del central en lo que llevamos de semana.
Con este resultado, el Granada CF queda eliminado de la Copa del Rey y termina el año de una manera poco gratificante. La maldición fuera de casa continúa. Nada nuevo. Esperemos que el 2023 lo cambie.